Se acabó el segundo asalto al poder de los Thunder. Si en 2010, Oklahoma City cedió en primera ronda ante los Lakers causando una buena impresión, en 2011 ha llegado a la final de conferencia dando así un paso grande en su evolución. Pero se encontró con los Mavs de Nowitzki.
El 4-1 con el que finaliza esta Final de la Conferencia Oeste sugiere un estrépito inexistente, porque ha sido una serie final bien igualada que se ha decidido por la mayor experiencia de los Mavericks, que han sabido jugar casi siempre mucho mejor los minutos finales. Y por Nowitzki, claro, porque esta final se ha decidido en gran parte gracias al alemán, el mejor jugador de largo de los playoffs 2011 de la NBA. Una megaestrella en pleno éxtasis.
Anoche, esa megaestrella volvió a brillar con fuerza, pero a su lado hubo otros dos astros que brillaron, y mucho: el puertorriqueño José Juan Barea y, sobre todo, Shawn Marion, que se marcó una actuación espectacular.
Dallas 100 Oklahoma City 96 (4-1)
Se puede decir que desde la exhibición-humillación que Brandon Roy propinó a los Mavericks, estos han sido un equipo intratable. Y se puede decir también, esto sobre los Thunder, que la inexperiencia les privó, por ahora, de una final de la NBA. El titular podría ser: “OKC o el arte juvenil de perder a última hora”. Anoche, volvió a suceder.
Esta vez, el rebote estuvo muy equilibrado, los puntos en la pintura también, en general lo estuvo el juego y el marcador. Pero otra vez, las urgencias finales fueron serenas para los locales y alocadas para los visitantes, que sobrevivieron en el partido, en gran parte, gracias a la enorme primera parte de Harden, al tirón de Westbrook en la segunda mitad y al buen trabajo en ambos aros de Collison. Pero llegado el final...
Los Thunder llegaron a dominar por 8 en el último cuarto y se colocaron 86-92 con 4 minutos y medio por jugar para volver a atascarse en esos minutos decisivos, en los que Dallas fue mucho Dallas. Si en el partido anterior un 2-17 final llevó el partido a la prórroga y en los 10 minutos últimos el parcial se extendió a un 6-28 a favor de los texanos, anoche el resultado en esos 4 minutos y medio final fue de 14-4 para el equipo de Carlisle. Es decir, atasco total en ataque de los de Oklahoma y defensa perforada sin piedad por Marion y Nowitzki.
Porque en ese tiempo que decidió el partido y la serie, los 2 mejores jugadores del partido no fallaron. Fueron Marion y Nowitzki los que certificaron el adiós de OKC. El alemán, el adiós definitivo con 2 tiros libres anotados a 13 segundos del final (100-96) ante el delirio del American.
Un delirio que se transformó en estallido imparable cuando Mark Cuban levantó en la pista el trofeo que acredita a los Mavs como campeones de la Conferencia Oeste.
Para llegar a ese momento apoteósico de Cuban, Carlisle, Nowitzki y compañía hubo de jugarse un tenso y equilibrado partido.
En ese partido, surgió Marion como el invitado letal que termina por romper cualquier atisbo de respuesta del rival. El ex de Phoenix se marcó una estelar actuación con 26 puntos, 8 rebotes, 3 tapones y 3 asistencias, siendo el hilo conductor de la ofensiva local junto al irrefrenable Nowitzki, autor de otros 26 tantos acompañados de 9 rebotes. El alemán volvió a mostrarse infalible desde el libre (9 de 9) y estuvo muy contenido en el tiro -lanzó 15 veces a canasta, que aprenda Westbrook-.
Junto a ellos, nueva explosión de Barea, el pequeño revolucionario de la pista, que con su ritmo de juego y su cambio de velocidad desajusta las defensas rivales. Anoche, lo hizo a base de calidad en la primera parte, que concluyó con 11 puntos en 11 minutos de juego en los que tiró 9 veces a canasta. Atrevimiento puro. Sin cortarse. Para bien y para mal. Generalmente para bien en esta postemporada en la que se está reivindicando.
Luego, terminó Barea el partido en loor de multitudes al sumar 14 puntos, 4 rebotes y 5 asistencias en 22 minutos para alcanzar una valoración de 17. Además, J.J robó un balón y no perdió ninguno. Otro momento de felicidad para el de Mayagüez, que se convierte en el tercer jugador boricua que accede a una final de la NBA.
Mientras, Kidd y Stevenson representaban el desacierto en el tiro (1 de 14 entre ambos), pero el veterano base equilibraba ese mal día en el lanzamiento con una dirección acorde con su conocimiento del juego. Enorme Kidd a la hora de saber dar pausa al ataque y saber buscar al otro. Dio 10 pases finales y capturó 7 rebotes, uno ofensivo que fue decisivo en los segundos finales.
Mientras, en OKC, Westbrook mantuvo durante buena parte de la segunda mitad a los suyos para aportar al final 31 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias. Eso sí, lanzó 28 veces a canasta metiendo 11 de esos tiros. Durant, más discreto que otras veces, no falló y añadió 23 puntos y 9 rebotes y James Harden 'volvió' al juego tras su gris cuarto partido y se fue a 23 tantos, 5 rebotes y 6 asistencias tras completar una prodigiosa primera parte.
El tercer hombre en brillo de los visitantes fue Collison, que obtuvo un doble 12 en puntos y rebotes y trabajó mucho en defensa. Fue el único hombre alto de los Thunder que funcionó y ésa fue una de las claves del partido, porque Ibaka estuvo desaparecido en combate y Perkins ayudó en el rebote, pero se quedó a 0 en anotación, muy en su línea.
Dallas 100 Oklahoma City 96 (4-1) DALLAS: Kidd (2), Stevenson (1), Marion (26), Nowitzki (26), Chandler (9) -cinco inicial- Barea (14), Terry (12), Haywood (7) y Stojakovic (3). |
OKLAHOMA CITY: Westbrook (31), Sefolosha, Durant (23), Ibaka (2), Perkins -cinco inicial- Harden (23), Collison (12), Maynor (5) y Cook. |
Parciales: 26-27, 26-28, 20-21 y 28-20. |