Gary Forbes es un hombre feliz. El canastero panameño aún está saboreando las mieles del triunfo. Porque para él fue un triunfo convertirse en el quinto jugador panameño que disputa un partido oficial en la NBA. Fue el miércoles por la noche, ante Utah Jazz.
La noche se saldó exitosa en grado pleno, porque los Nuggets ganaron a Utah por 110-88. Y fue precisamente esa holgura en el marcador la que permitió saltar a la cancha a Forbes.
El internacional panameño había permanecido todo el partido sentado en la banca disfrutando de la exhibición de sus compañeros de plantel. Se habían agotado los tres primeros períodos y se acababa de atravesar el ecuador del cuarto y último acto. El electrónica reflejaba una victoria sin paliativos de los locales (99-75). Fue entonces cuando saltó a la cancha Forbes.
El entrenador de Denver, George Karl, se dirigió al jugador istmeño y le hizo saltar a la cancha en lugar de Al Harrington. Había llegado el momento soñado. Con 25 años, el primer paso del sueño iba a producirse. Seguro que Forbes se sentía como cuando Neil Armstrong abandonó su módulo lunar para pisar la Luna. Éste era, en cierto modo, el gran paso de Forbes, su gran conquista.
La primera canasta
La primera marca estadística que logró el ex de Massachusetts fue un rebote, pero el hito más emocionante llegó algo más de un minuto después de ingresar en la pista del Pepsi Center.
Restaban 4 minutos y 11 segundos para el bocinazo final cuando Forbes lograba su primera canasta en la NBA. Fue en una entrada a cesta tras recibir un pase del base Ty Lawson. Inolvidable instante.
Y así fueron transcurriendo esos escasos minutos -5- del final del partido, que por la claridad del marcador son llamados 'minutos de la basura'. Pero para Forbes de basura tenían poco. Eran minutos limpios, alegres, de intensa emoción. Así fue hasta que acabó el partido con un triunfo rotundo de Denver sobre Utah por 110 a 89.
Forbes había aprovechado bien su primera oportunidad: 3 puntos, 3 rebotes y 1 asistencia en 5 minutos.
El quinto NBA de su país
Se convertía así el de Colón en el quinto canastero istmeño en tener el privilegio de jugar en la NBA.
El que abrió el camino es el más grande de todos. Hablamos del inolvidable Rolando Blackman, que tanta felicidad nos causó a los aficionados allá por los 80 cuando defendió los colores de aquellos Dallas Mavericks de Mark Aguirre, Derek Harper, Brad Davis, Sam Perkins o el alemán Detlef Schrempf.
Aquel Blackman fue un hito irrepetible para el baloncesto panameño. Hasta 4 veces fue investido como All-Star. Su clase le llevó a anotar casi más de 16.000 puntos con los Mavericks. Sobran las palabras.
Luego vino Stuart Gray en 1984 y Lorenzo Charles en 1985. Por lo que hubo un momento puntual en el que Panamá llegó a tener 3 jugadores en la NBA. Fue justo a mediados de los 80, la década de 'Magic' Johnson y Larry Bird.
Stuart Gray aguantó el tipo. Se trataba de un pívot de 2,13 que jugó en la prestigiosa UCLA, toda una referencia colegial. Luego, en la NBA, su recorrido fue bastante amplio en el tiempo, pasando por Indiana Pacers, Charlotte Hornets y New York Knicks, aunque con números muy modestos.
Lorenzo Charles no tuvo un recorrido tan largo. 'Zo' fue elegido en el puesto 41 del Draft de 1985, pero su paso por la NBA resultó efímero. Jugó brevemente con aquellos Atlanta Hawks de Dominique Wilkins.
Y el cuarto, y último hasta la aparición de Forbes, fue el pívot Rubén Garcés, que a sus 37 años sigue dando guerra con el balón y los trableros, concretamente en México. Garcés es bien conocido en un buen número de países, entre otros España -donde jugó varias temporada en la ACB-, Argentina o Venezuela. Tuvo un paso fugaz, como Charles, por la NBA: Phoenix Suns y Golden State Warriors en la misma temporada, la 2000-2001.