No pudieron los Magic encadenar una tercera victoria consecutiva en la serie y los Celtics sumaron el triunfo que les faltaba para asegurarse su presencia en la final de la NBA. Los de Rivers dominaron desde el inicio y se impusieron con claridad.
Paul Pierce lideró en esta ocasión la ofensiva local, una ofensiva en la que apareció por primera en estos playoffs Nate Robinson. Lo hizo en el segundo cuarto y sus canastas ayudaron a consolidar una ventaja que los Celtics supieron mantener hasta el final.
Boston 96 Orlando 84 (4-2)
Nunca en la historia de la NBA había remontado un equipo una desventaja de 3 a 0 en una serie a 7 partidos y tampoco lo lograron esta vez los Magic, pese a sus esfuerzos por conseguirlo. Los Celtics aplicaron su experiencia, mantuvieron la calma y lograron de nuevo imponer su defensa.
Lo hicieron desde el inicio, con un parcial de 30 a 19 en el primer cuarto que puso las cosas muy cuesta arriba a los Magic de principio. Fue Rajon Rondo, 12 puntos, la principal arma ofensiva en ese primer periodo y también el encargado de dar un tremendo susto a la afición céltica cuando apenas quedaban unos segundos para terminar un cuarto en el que su actuación había sido fantástica.
El base de los Celtics salió desequilibrado tras recibir una falta al entrar a canasta a poco más de 30 segundos del final del cuarto y cayó de espaldas al suelo dándose un tremendo batacazo. Rondo volvió más tarde al juego, pero su rendimiento ya no fue el mismo.
Aun así, ni los dolores de espalda de Rondo ni los de Rasheed Wallace, que tuvo que retirarse en el último cuarto tras un encuentro bastante improductivo, 0 de 5 en el tiro, impidieron al equipo de Doc Rivers imponer su ley en el encuentro.
Con Rondo fuera de juego temporalmente -tumbado boca abajo en la banda con una aparatosa bolsa de hielo sobre su zona lumbar- apareció, por primera vez en las series fnales, Nate Robinson. El pequeño base llegado desde los Knicks, que apenas había tenido presencia en los playoffs, resultó anoche determinante.
En menos de 8 minutos les endosó 13 puntos a los Magic y los Celtics llegaron a adquirir una ventaja de 21 puntos (48-27) de la que ya no sería capaz de recuperarse el equipo de Stan Van Gundy.
Orlando consiguió reducir a 13 su desventaja en el descanso, pero nada más inicarse la segunda mitad, 2 triples consecutivos de Ray Allen, 20 puntos al final, volvieron a marcar una distancia que ya no bajaría de los 14 puntos hasta que un triple de Pietrus a 23 segundos del final estableció el marcador definitivo.
A mantener esa distancia contribuyó de forma determinante un acertadísimo Paul Pierce, el más consistente de los célticos a lo largo de los 48 minutos, que sumó 19 de sus 31 puntos en la segunda mitad y aportó además 13 rebotes y 5 asistencias.
Orlando no acertó desde el triple, 6 de 22, ni desde el tiro libre, donde desperdició 11 de sus 27 oportunidades y de poco le sirvió el dominio interior de Howard, 28 puntos y 12 rebotes, ante la escasa aportación del resto del equipo con sólo Carter, 17, y Nelson, 11, por encima de la decena de puntos anotados.
Al final, entrega del trofeo de campeón de la Conferencia Este a los Celtics, su número 21, y la grada gritando “¡ganad a L.A! ¡ganad a L.A!” y es que en Boston, todo el mundo sueña ya con una nueva final ante los Lakers, con el permiso de los Suns, y, por supuesto, con un nuevo anillo que sería el número 18 del equipo más laureado en la historia de la NBA.
Boston 96 Orlando 84 (4-2) BOSTON: Rondo (14), R. Allen (20), Pierce (31), Garnett (10), Perkins (2) -cinco inicial- Davis (6), Robinson (13), T. Allen y Wallace. |
ORLANDO: Nelson (11), Carter (17), Barnes (1), Lewis (7), Howard (28) -cinco inicial- Redick (7), Williams (5), Pietrus (7), Gortat (1) y Bass. |
Parciales: 30-19, 25-23, 27-19 y 14-23. |