El base de los Boston Celtics Gabe Pruitt se ha convertido en el enésimo jugador de la NBA que acaba en comisaría por conducir bebido. El jugador de segundo año del equipo bostoniano ha sido arrestado en el territorio de sus más directos rivales, los Lakers.
Pruitt estuvo detenido durante 5 horas en la comisaría de policía del glamuroso Hollywood angelino antes de salir bajo fianza de 5.000 dólares. El jugador no superó el test de alcoholemia al que fue sometido por la policía local a las 3 de la mañana en las cercanías de la propia comisaría, en el cruce entre el cinematográfico Sunset Boulevard y la avenida Wilcox.
La policía dio el alto al base céltico cuando iba al volante de un Mercedes S550 con las lunas tintadas, lunas que son ilegales en el estado de California. El jugador se había quedado a pasar la noche en Los Ángeles, su ciudad natal, tras el partido que su equipo había disputado con los Clippers y que finalizó con victoria del equipo local.
El jugador ha pedido públicamente disculpas a su familia, a su equipo y a los aficionados por su comportamiento en un comunicado en el que afirma que “he cometido un error y he aprendido una valiosa lección”. Eso dicen todos. El futuro dirá si Pruitt realmente ha aprendido algo.