No fue la noche de Luis Scola, pero sí la de un dúo que resultó letal: Yao Ming y Ron Artest. El jugador chino y el polémico alero de Queensbridge alentaron con sus 59 puntos a sus compañeros, que ganaron 102-112 en Dallas en un duelo texano de altos vuelos.
El esfuerzo ofensivo de Dirk Nowitzki y Josh Howard no sirvió de nada. Y Houston firmó su segunda victoria consecutiva.
Fue la de anoche una jornada con escasos partidos -3- y casi nula presencia hispana, ya que sólo el argentino Luis Scola participó en el juego.
Dallas 102 Houston 112
Los Rockets han demostrado ya en sus dos primeras victorias de la temporada su versatilidad como equipo que es capaz de ganar en encuentros de tanteos bajos y tanteos altos. Es una llamada de atención de un equipo que está llamado a hacer grandes cosas.
Las grandes cosas en el American Airlines Center vinieron de la mano de dos hombres con un carácter bien distinto, el imperturbable Yao Ming y el fácilmente irritable Ron Artest. Sin embargo, en el duelo texano los papeles se invirtieron por momentos.
Fue en el momento en el que el no menos polémico Josh Howard hizo una falta personal bastante dura al jugador chino. Cuando Ming y Howard se iban a enzarzar en una pequeña disputa llegó Artest como ángel salvador, y se llevó la técnica. Es lo que tiene la mala fama, ya que el alero de Houston se acercó para separar a los dos jugadores y apaciguar los ánimos.
Parece que hay una buena sintonía entre Ming y Artest. De ser verdad, se trataría de un hecho de indudable importancia para la liga.
Ming anotó 30 puntos y capturó 13 rebotes, estando finísimo en el tiro (11 de 15 de campo y 8 de 8 en tiros libres); Artest hizo 29 puntos y 7 rebotes, y no se cortó a la hora de lanzar a canasta (22 tiros).
Junto a ellos destacó el partidazo de Aaron Brooks. El base se incorporaba tras una leve lesión que había cortado una pretemporada extraordinaria. Brooks confirmó ante los Mavs esa gran pretemporada logrando 14 puntos y 5 asistencias en 20 minutos. Bajo su dirección el juego de Houston creció de forma espectacular si se compara su dirección con la de Alston, que estuvo muy desafortunado. Y es que con Brooks en la pista el parcial para su equipo fue de ¡+32!.
Además, el trío Ming-Artest-Brooks anotó los 16 puntos que constituyeron el parcial decisivo del partido. Un 2-16 en el último cuarto que hizo pasar el luminoso de empate a 92 a 94-108.
El perfil bajo de los Rockets lo adoptaron el argentino Luis Scola y la estrella Tracy McGrady, aunque su presencia contribuyó también a la victoria. Scola anotó 7 puntos y atrapó 4 rebotes en 22 minutos. Apenas tiró a canasta (3 de 5 en tiros de campo). Y perdió 2 balones. McGrady terminó con 16 puntos y 7 asistencias, aunque sus porcentajes fueran muy discretos.
Fue de los pocos que lanzó mal, ya que los porcentajes de equipo de la escuadra visitante fueron muy buenos: 48,1% de campo, 50% de 3 y 93,5% en tiros libres.
En Dallas, no jugó el puertorriqueño José Juan Barea y la pareja estelar del equipo funcionó como un reloj en ataque. Dirk Nowitzki logró 36 puntos y 7 rebotes (14 de 14 desde la línea de personal) y Josh Howard aportó 28 puntos, 11 rebotes y 4 asistencias.
Terry, con 15 puntos, y Kidd –7 puntos, 7 rebotes, 12 asistencias, 4 robos y sólo 1 pérdida- también aportaron. Pero la defensa y el juego interior de Dallas fueron inexistentes. Y es que la falta de poderío en la zona de los Mavs terminará constituyendo, a buen seguro, una rémora para el equipo de Rick Carlisle.
Otros partidos en liza
Se jugaron otros dos partidos, esta vez con equipos sin jugadores hispanos. En un duelo muy atractivo los Hornets de Nueva Orleans ganaron en Phoenix 95-108 y en un encuentro bastante menos lucido los Cavs de Cleveland solventaron fácilmente la papeleta ante Charlotte Bobcats (96-79).
En Phoenix, los Suns volvieron a ejercer de Suns abandonando el juego ordenado y controlado que les dio la victoria en San Antonio en el primer partido de temporada.
Hasta 24 pérdidas llegaron a sufrir los locales, que siempre fueron por detrás en el marcador y que fueron aniquilados por el tiro exterior visitante (13 de 24 triples).
Chris Paul, Peja Stojakovic y David West rindieron a gran nivel, pero la sorpresa estuvo en las manos de Morris Peterson, que fue el máximo encestador de su equipo con 21 puntos.
El motor de los Hornets volvió a ser Paul (20 puntos, 8 rebotes y 10 asistencias), con Stojakovic entonado (20 puntos) y West irregular (18 tantos, pero mal en el tiro).
En Phoenix, Nash terminó con 24 puntos y 9 asistencias y Stoudemire con 21 puntos y 12 rebotes.
Mientras, Cleveland Cavaliers puso la directa desde el principio y solventó con comodidad su compromiso con Charlotte.
Los locales, que ya dominaban 50-33 al descanso, tuvieron en Gibson y James a sus mejores hombres. El primero anotó 20 de sus 25 puntos en una extraordinaria primera mitad en la que también destacó un resucitado Ben Wallace, que acabó el choque con 10 rebotes y 5 tapones en 24 minutos. El segundo, LeBron James, rozó el triple-doble al terminar con 22 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias en 30 minutos.
Del lado de los Bobcats poco que decir. Sólo Jason Richardson (24 puntos en 29 minutos) salvó los muebles.