Dos equipos con muy diferente mentalidad saltaron ayer a la pista del US Airways Center. Phoenix salió dispuesto a demostrar que es mucho mejor equipo de lo que el resultado de la serie daba a entender y a San Antonio se le vio relajado, como si no tuviera prisas por rematar la eliminatoria. La dispar mentalidad de uno y otro equipo se tradujo en dos muy distintos niveles de intensidad en el juego que acabaron reflejados en un marcador (105-86) que pudo ser mucho más abultado, ya que los anfitriones llegaron a tener hasta 32 puntos de ventaja mediado el tercer cuarto.
Los dos hispanos presentes en el choque, los argentinos Ginóbili y Oberto, se mantuvieron dentro del tono de un equipo gris como fueron los Spurs de ayer. Ginóbili anotó 10 puntos y capturó 4 rebotes en 21 minutos y Oberto ni siquiera lanzó a canasta en los 13 que estuvo en pista. Sumó 3 puntos (todos de tiro libre) y 3 rebotes. La incontestable victoria de los Suns fue aprovechada por los técnicos de ambos equipos para dar descanso a sus jugadores más importantes de cara al próximo encuentro de una serie que los Spurs buscarán rematar en su terreno.
Cuatro cuartos reducidos a dos
El partido quedó decidido en la primera mitad. Desde el primer minuto se pudo ver la diferencia que había ayer entre los dos equipos. Los Suns, con el orgullo herido tras tres derrotas consecutivas, salieron decididos a evitar lo que hubiera sido un humillante 4-0 mientras que a los Spurs se les vio un tanto ausentes, como si se supieran ganadores y no tuvieran prisa por rematar al rival. La relajación de los Spurs se notó particularmente en defensa y es que no es normal que un equipo como el texano plagado de grandes defensores no fuera capaz de robar un solo balón al contrario en toda la primera mitad y que los Suns se fueran al descanso con únicamente dos balones perdidos.
Phoenix sin embargo defendió con mucha intensidad y, sobre todo, desarrolló con efectividad lo que mejor sabe hacer, atacar en transiciones rápidas. Y lo hizo con dos inesperados protagonistas, Raja Bell y Boris Diaw. Un hombre de Íslas Vírgenes y un francés que tomaron ayer el protagonismo que hasta ahora habían tenido precisamente sus compatriotas del equipo contrario, Tim Duncan y Tony Parker.
Bell, un hombre al que le costó alcanzar la NBA tras varios años en el purgatorio de las ligas menores, demostró que no sólo es uno de los mejores defensores de la liga sino también uno de los mejores tiradores aun cuando su vocación no sea particularmente ofensiva. Ayer machacó a los Spurs desde el exterior (5 triples de 7 intentos) y terminó anotando 27 puntos (21 al descanso). Siete puntos suyos ayudaron a abrir el hueco inicial en el marcador -un 7-1 que se convirtió en un 20-5 mediado el primer cuarto- y del caribeño fueron también los triples que cortaron el único intento serio de reacción de los Spurs al comienzo del segundo cuarto tras el contundente 34-13 con que se cerró el primero.
El francés Diaw, que ocupó el puesto del lesionado Hill en el quinteto titular, hizo un partido completísimo, 20 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias y por momentos recordó al Diaw que hace dos años fue nombrado jugador más mejorado de la NBA y que desde entonces sólo se ha dejado ver con cuentagotas. Se multiplicó en defensa y en ataque y su juego en el poste bajo hizo mucho daño a los Spurs. Se fue a vestuarios con 10 puntos y 7 rebotes tras un gran segundo cuarto y en la reanudación fue junto a Nash el principal responsable de que San Antonio no pudiera cerrar la brecha abierta al descanso (65-43) y terminara por arrojar la toalla antes incluso de llegar al último periodo.
Barbosa y Nash, aportaron 15 puntos cada uno y O'Neal 14, con 12 rebotes, concentrados sobre todo en el primer cuarto en el que los Spurs le obligaron de nuevo a ir una y otra vez a la línea de tiros libres. Shaq salvó como pudo la papeleta con un decoroso 6 de 10 desde la línea de castigo.
San Antonio sin ideas ni intensidad
En cuanto al equipo visitante,bastaba ver la cara de Popovich en el banquillo para comprobar lo poco que le estaba gustando la labor de sus jugadores. No es habitual que los Spurs dejen anotar al contrario 65 puntos en dos cuartos, pero es que los Spurs de ayer no parecían tener nada que ver con el equipo que estamos acostumbrados a ver.
En defensa les faltó intensidad, mucha intensidad, hasta el punto de no ser capaces en toda la primera mitad ni de robar un balón ni de forzar las pérdidas del rival. Además su labor se complicó porque la táctica de hacer faltas a O'Neal continuamente cargó de faltas a sus hombres interiores lo que forzó a Popovich a emplear a Finley como defensor de Stoudemire, poco afortunado a lo largo de la noche, en el comienzo del tercer periodo.
En ataque les faltaron ideas y prueba de ello es que hasta el descanso solo fueron capaces de dar 4 asistencias. Apenas se pudo ver el juego de bloqueo y continuación con el que Parker y Duncan destrozaron a los Suns en el anterior encuentro. Los locales estuvieron muy atentos en las ayudas y cerraron bien las líneas de pase en la mayor parte de las ocasiones.
Carente por completo de fluidez en los movimientos con y sin balón, San Antonio fio su ataque a las acciones individuales de Parker y Ginóbili, cuyas penetraciones no tuvieron la efectividad de otras ocasiones, y a los eventuales lanzamientos de Duncan, poco acertado en el tiro de media distancia que el rival le concedía para cortarle el camino a las cercanías del aro, donde apenas le dejaron moverse.
En la primera mitad 36 de los 43 puntos de San Antonio fueron obra de su trío estelar que hizo 35 de los 42 lanzamientos de campo. Los demás sólo fueron capaces de anotar un tiro en los escasos 7 lanzamientos que sumaron entre todos. La dependencia ofensiva respecto a sus tres estrellas de los texanos parece ir acentuándose a medida que sus hombres de banquillo y algunos titulares, van ganando en años y perdiendo en físico. Y es que no hay que olvidar que en San Antonio, exceptuando a Parker, todos los hombres importantes han cumplido los 30 años y algunos hace mucho tiempo. Finley, Horry, Barry, Stoudamire, Bowen o Kurt Thomas superan ya los 35, algunos de ellos holgadamente y aunque la mayoría están acostumbrados a dar lo mejor de sí en los momentos más importantes de la temporada, cada año que pasa les resulta un poco más difícil lo que hace aumentar las dudas sobre el recorrido de estos Spurs que se encuentran claramente en el final de un ciclo que ha estado lleno de éxitos. Eso sí, a poco que renueven su fondo de armario seguirán estando ahí, porque a sus tres hombres más importantes les queda cuerda para rato.
Pensando en el quinto partido
Quedaban 3:47 para el final del tercer cuarto cuando Popovich decidió dar el partido por perdido y mandar a su trío estelar al banquillo. Estaba claro que no había vuelta de hoja y era mejor reservar fuerzas para buscar en casa la victoria definitiva. Los últimos 15 minutos fueron un puro trámite que despacharon los suplentes de ambos conjuntos para disfrute de los aficionados de Arizona que aun pueden soñar con el milagro de una épica, aunque poco probable, remontada.
En ese mismo milagro debía estar pensando Steve Nash mientras seguía los últimos minutos del encuentro tumbado en la banda con la relajación del deber cumplido. Quien no sabemos muy bien en qué estaba pensando era Mike D'Antoni cuando consiguió que los árbitros le expulsaran de un partido ya decidido a 3:38 del final. Sus comentarios no parecieron gustarle a uno de los colegiados. No se sabe qué fue lo que le dijo pero el técnico de los Suns sentenciaba tras el partido haciendo referencia a su expulsión : "No sé que ha sido del sentido del humor".
Phoenix Suns 105 San Antonio Spurs 86 (1-3)PHOENIX: Nash (15), Bell (27), Diaw (20), Stoudemire (7), O’Neal (14) –cinco inicial- Barbosa (15), Giricek (7), Skinner, Strawberry, Marks y Piatkowski. |
SAN ANTONIO: Parker (18), Finley (7), Bowen, Duncan (14), Thomas (4) –cinco inicial- Barry (5), Ginóbili (10), Horry (6), Vaughn (4), Udoka (4), Oberto (3) y Stoudamire (11). |
Parciales: 34-13, 31-30, 28-22 y 12-21. |