La NBA no se anda con tonterías y los Warriors tampoco. Ambas entidades han mostrado su más enérgica repulsa por lo ocurrido anoche, cuando un espectador fue expulsado de su asiento tras empujar a Kyle Lowry en pleno partido y dirigirse a él con lenguaje obsceno.
Hoy se ha sabido que ese espectador sentado a pie de cancha es Mark Stevens, inversor e integrante de la junta directiva de Warriors, a la par que exsocio del propietario de la franquicia, Joe Lacob, en una sociedad inversionista de riesgo que ayudó a compañías como Google y PayPal.
Pues bien, la sanción para Stevens ha sido ejemplar: 500.000 dólares de multa y prohibición durante un año para asistir a partidos de la NBA y participar en las actividades del equipo del que es directivo.
Warriors ha emitido un comunicado sobre la situación que no lleva a equívoco alguno: “El comportamiento del señor Stevens anoche no refleja los altos estándares que esperamos ejemplificar como organización“, dice el escrito en el que se pide disculpas desde la institución a Kyle Lowry.
“Estamos extremadamente decepcionados“, concluye Warriors en su comunicado.