Minnesota Timberwolves lo luchó al máximo, pero lo cierto es que ahora mismo a Denver y a Minnesota les separa un abismo, el mismo abismo que separó en temporada regular al primero del Oeste y a un equipo que llegó a duras penas a playoff.
Triunfo en Mineápolis 111-120 para firmar ya un contundente 3-0 que no es otra cosa que la antesala de la clasificación de Denver y la eliminación de Minnesota.
Los Wolves lucharon, estuvieron y perdieron. Lo mejor que se puede decir es que lo hicieron todo con dignidad, pero la profundidad de banquillo de unos y otros no tiene color. Los suplentes de Minnesota: 10 puntos con 3 de 17 en el tiro. Restando mucho más que sumando.
Denver metió el 57% de sus tiros y venció a pesar de tener casi tres veces menos tiros libres a su disposición. Lo hizo, ganar, con triple-doble de Nikola Jokic, el séptimo en playoffs en su carrera NBA, tras hacer 29 en la temporada regular que ya quedó atrás.
Jokic firmó 20 puntos, 11 rebotes y 12 asistencias, con 9 de 13 en el disparo a canasta. No fue el único que funcionó en Denver, equipo en el que cada uno estuvo en su justo papel.
Michael Porter Jr. hizo 25 puntos y 9 rebotes, Jamal Murray añadió 18 tantos y 9 asistencias, Aaron Gordon consiguió 14 puntos y 7 rebotes, Kentavious Caldwell-Pope brilló en la primera mitad y Bruce Brown sigue funcionando a las mil maravillas.
Los Nuggets siempre tuvieron el partido bajo control, nunca se pusieron nerviosos o bajaron la guardia, anduvieron siempre en línea triunfal, aunque sin excesos.
En Minnesota, 36 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias y 3 robos de Anthony Edwards y 27 puntos y 7 rebotes de Karl-Anthony Towns.
Rudy Gobert, que tuvo problemas de faltas en la primera mitad, terminó con 18 puntos y 10 rebotes.
Atacó mejor Minnesota que en partidos pasados, pero el problema del equipo es que hay que defender, y en esa asignatura no aprobaron los hombres de Chris Finch.