Otro batacazo de los Warriors. Esta vez doble, porque además de perder en casa ante Phoenix Suns, el equipo de Steve Kerr ha perdido por lesión a Stephen Curry, que se ha fracturado la mano izquierda tras una dura caída sufrida en el tercer cuarto.
Phoenix arrasó a Golden State en el primer cuarto ante la sorpresa de todos. ¡Parcial de 30-1 para pasar de ir perdiendo 10-9 a ir ganando 11-39! Ver para creer.
Al final del primer cuarto: ¡14-43! Lo nunca visto. Los Suns pasando por encima de los Warriors. Los datos hablaban por sí solos. Phoenix llevaba un 59,3% en el tiro de campo, había metido 8 triples de 12 intentos, estaba en 11-0 en el rebote en su aro y había asistido 13 de sus 16 canastas.
En el otro lado, el desastre. Warriors con un 23,8% en el tiro de campo y con 8 balones perdidos.
No le fue mejor a los locales en el segundo cuarto. Hasta llegar al descanso con un escandaloso 46-72. Por entonces, Aron Baynes estaba ya en 15 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias y otros 3 compañeros -Devin Booker, Dario Saric y Ricky Rubio- también habían pasado de la decena de puntos.
Todo transcurría por los mismos derroteros hasta que a 8:31 del final del tercer cuarto Curry se rompió la mano. Hasta ese momento solo llevaba 9 puntos. Y con ellos se fue, con 9 puntos anotados, una paliza deportiva en contra y mucho dolor en la mano izquierda. Lo que le faltaba a Golden State.
El último cuarto sirvió tan solo para maquillar la situación. Phoenix empezó el cuarto 28 puntos arriba, encajó un parcial de 43-26 y terminó imponiéndose 110-121.
Devin Booker lideró el triunfo con 31 puntos y 6 triples, Baynes añadió 24 puntos, 12 rebotes, 7 asistencias y 3 tapones, Dario Saric firmó un notable partido y Ricky Rubio sumó 14 puntos y 7 asistencias, siendo importante en el despegue inicial al meter 2 triples consecutivos y dar una asistencias para poner el 10-25 en el marcador, esto es, el inicio del despegue de su equipo. Notable su dirección de juego.
En Warriors, no funcionaron ni Curry ni Draymond Green, y su máximo anotador, y esto lo dice todo, fue Eric Paschell.
Debutaron los recién recuperados Willie Cauley-Stein y Alec Burks en una triste noche para el equipo.