Se llama Zion Williamson. Tiene 18 años. Y no necesita ya presentación alguna pese a su corta edad. Hablamos de la gran sensación universitaria. Del jugador con mayor vuelo de la NCAA. Un vuelo que le llevará pronto a la NBA. Porque está llamado a ser el número 1 del próximo draft.
Williamson aterrizó este curso como novato en la prestigiosa Duke. De la mano del gran Mike Krzyzewski. Allí forma un trío increíble con otros dos novatos. Son R.J. Barrett y Cam Reddish. Los Blue Devils están con marca de 18-2. Son un equipo imparable. Y en ello tiene mucho que ver Williamson.
Lo primero que impacta de Williamson es su físico. Juega como interior. Aunque solo mida 2,01. Pero es que pesa 129 kilos. Su potencia es infinita. Su velocidad asombra teniendo en cuenta su peso. Es un Charles Barkley de la vida. Desequilibra con su imponente figura.
Los highlights son suyos: mates, tapones... Pero es un jugador que defiende. También rebotea. No tiene mala visión de juego. Su único gran defecto es el tiro exterior. No renuncia al tiro triple. Pero sus porcentajes son bajos. Su zurda debe mejorar en ese aspecto. Más aún en la actual NBA.
Los números de Williamson hablan por sí solos. Promedia 22 puntos y 9,2 rebotes. Pero también está en 2 tapones, 2 robos y 2,4 asistencias. En 28,4 minutos de acción. Está en el Top 40 de la NCAA en puntos, rebotes, tapones y tiros de campo. En el tiro de campo anda en un 68,1%. Y en el triple flaquea con un 28.9%. Eso sí, tira. Y eso es importante. Ha lanzado 38 triples en 20 partidos.
Zion nunca ha bajado de 10 puntos anotados. Su peor anotación está en 11. Porque ese día jugó solo 17 minutos. Su récord anotador se sitúa en 35 puntos. Ha metido 20 o más en 13 encuentros. Ha firmado 8 dobles-dobles.
Está llamado a ser una gran estrella. Su impacto en la universidad ha sido inmediato. Y su marcha va al profesionalismo va a llegar ya.